En esta entrada me gustaría desmarcarme de la Antigüedad Tardía general y compartir con vosotros algunos apuntes históricos y arqueológicos de un espacio geográfico concreto como es Puertollano y su comarca. El municipio ciudadrealeño está inserto en un valle fluvial como es el del río Ojailén y ello ha propiciado que desde el Neolítico la actividad humana esté inscrita en el valle. ¿Queréis descubrirlo?
Prehistoria y época prerromana.
Puertollano es un municipio que se ubica en una hondonada de la Sierra de Calatrava; en lo que podríamos denominar un puerto o un vado, que la atraviesa y que está flanqueado por el cerro de Santa Ana al este y el cerro de San Sebastián al oeste según se ve la ciudad desde el sur. Es en el primero de estos cerros donde la actividad humana se ha hecho patente desde el II milenio a.C., ya que en un punto muy concreto entre los afloramientos cuarcíticos podemos encontrar arte esquemático rupestre en un deleznable estado de conservación.
A pesar de que en el margen izquierdo del río Ojailén se han encontrado útiles líticos del Paleolítico medio y superior en aterrazamientos naturales; es en la Edad del Bronce cuando la zona toma un protagonismo mayor. En el cerro de San Sebastián se encontró un ejemplar de espada plana de bronce que actualmente está expuesta en el Museo Arqueológico Nacional y en las cercanías de lo que hoy es el parque de ocio natural “Dehesa Boyal” del municipio, concretamente en la “Finca Camino de Santiago”, se encontró otro depósito de 14 espadas de lengua de carpa, datadas en los siglos X-IX a.C. y expuestas en el Museo Provincial de Ciudad Real. No sólo esto sino que lo que hoy se conoce como “Castillejo del Villar” se corresponde a un modelo de hábitat conocido como mota, perteneciente a este período y que tiene ejemplos tan fabulosos en la provincia como la Mota del Azuer, en Daimiel; una mota, la del Castillejo del Villar, en uso con diversas alteraciones hasta la reconquista de la zona en el siglo XIII tras las Navas de Tolosa.
Puertollano y su comarca en época romana y durante la Antigüedad tardía.
De época romana tenemos constatado que los oretanos, con cabeza en Oreto-Zuqueca, enseguida suscribieron la alianza con Roma en el marco de la II Guerra Púnica, por tanto la zona de Puertollano será una zona de paso natural de tropas desde Zaragoza y Toledo hacia Córdoba.
Es en época bajoimperial cuando podemos hablar de una explotación agropecuaria del entorno del municipio. Se tiene constancia de una villa romana ubicada en el cerro Orusco; en las proximidades de lo que hoy es la barriada de Asdrúbal de la localidad. En la zona se hallaron numerosos restos de material constructivo y cerámico, igual que en la Laguna Blanca de Argamasilla de Calatrava.
Por otro lado en el Itinerario de Antonino así como en los llamados Vasos de Vicarello concretamente la vía “Per Lusitaniam ab Caesaraugusta”, aparecen ramificaciones que pasaban por enclaves –seguramente mansiones– como Carcubium (Caracuel) o Ad Turres (¿Calzada de Calatrava?), además de transitar por enclaves como Laminium (Alhambra) o Sisapo (La Bienvenida), perfectamente documentados, estando Sisapo, Carcubium y Ad Turres en la zona de influencia de lo que hoy es Puertollano y su comarca.

La Antigüedad Tardía en la Loma de las Sepulturas.
En los últimos siglos del Imperio –siglo IV en adelante–, la actividad edilicia y urbana comienzan un declive sin retorno hasta que finalmente el Imperio sucumba dando paso a la Edad Media. Debió de ser también el caso de la red urbana básica que estaba en funcionamiento en el valle del Ojailén.
En 1978 y con motivo de una ampliación industrial en el Complejo Petroquímico de Puertollano se descubrieron de forma accidental una serie de enterramientos al realizarse unas obras de alisado y aplanado del terreno de cara a la futura instalación industrial. Estas sepulturas fueron concretamente diez y fueron estudiadas en su día por el historiador José González Ortiz. Los huecos de las sepulturas estaban forrados de lajas de piedra caliza y de cuarcita, rocas muy comunes en el entorno.
En general y debido a las obras, una de las sepulturas y los huesos del individuo estaban muy removidos, pero las nueve restantes aportaron a los individuos enteros en un estado de conservación bastante precario debido a la salinidad del entorno. Además, todas presentaron como ajuar un tipo de jarritos cerámicos muy característicos y realizados a mano y uno de ellos presentó restos de óxido de cobre, seguramente por la presencia de una moneda de cobre en contacto con el recipiente. Por la tipología de la cerámica se ha arrojado una cronología aproximada de los siglos IV-V d.C., lo cual nos sitúa en el período tardorromano.

La aparición de diez tumbas ordenadas en un espacio concreto ha planteado la duda de si se trataría de una necrópolis asociada a un poblado cercano. Parece evidente que la aparición de una agrupación de tumbas y algunas de ellas reutilizadas con varios individuos hace pensar la existencia de un poblado no muy distante y que hoy permanece bajo tierra, un hábitat seguramente rural, dada la pobreza de las tumbas y de los ajuares hallados, prácticamente reducidos al jarrito. Además la aparición en 1989 de un último enterramiento –al menos hasta la fecha– en el Polígono Sepes y datado en el siglo IV d.C. nos hace pensar que, por distancia entre las otras tumbas y ésta, el hábitat debía ser disperso y, como decíamos, de carácter rural.
En definitiva, podemos afirmar que en un punto cercano a Puertollano en el valle del Ojailén existió un poblamiento rural de época tardorromana y posiblemente visigoda. La aparición de hallazgos puntuales como dos monedas bajoimperiales en el casco urbano o la presencia de villae en los alrededores nos hace reafirmarnos en esta cuestión.
Bibliografía:
GONZÁLEZ ORTIZ, J.: La necrópolis de Puertollano. Época tardorromana-visigoda, siglos IV-V d.C., Ediciones C&G, Puertollano, 2012.
DELGADO BEDMAR, J.D., GÓMEZ VOZMEDIANO, M.F. (eds.): Historia de Puertollano, Fundación Repsol, Puertollano, 2015.
Imagen 2: http://goo.gl/VgqkaD
Imagen 3: http://goo.gl/iYbEaj