Hoy nos detenemos en uno de los yacimientos catalogados y conocidos de época ibérica del municipio de Álora, para hacer hincapié en el estado de abandono en que se encuentra desde que se excavó y se intervino sobre él en 1984 (Recio Ruiz, 2013).
Antecedentes históricos.
Tal y como se comentó en el último artículo publicado en el blog “Álora. Rastreando el municipio iberorromano de Iluro”, los primeros datos de un asentamiento ibérico en esta zona datan de los siglos VII -VI a.C. y se corresponden con unos fragmentos de cerámica fenicia en la cima del Cerro de las Torres, donde se asentaba el oppidum ibérico. En las faldas del cerro se encuentra el Arroyo Hondo, en el cual se ha datado un complejo de producción alfarera también ibérico, en el que se han hallado fragmentos de excelentes utensilios cerámicos pintados. Este yacimiento, aunque podría arrojar información muy interesante, se encuentra actualmente muy dañado por el uso de la zona como vivienda y por la trinchera del ferrocarril que se realizó a finales del siglo XIX.
Los asentamientos ibéricos de la comarca destacan por elegir los oteros o lugares privilegiados como el Cerro de las Torres; lugares próximos a cursos de agua y con tierras de cultivo que permitieran llevar a cabo actividades agropecuarias. El oppidum de Iluro, como se le conoce en las fuentes, sería el centro de poder desde el cual se controlaría a los demás asentamientos de la comarca, tales como las UPA (Unidades de Producción Agrícola) de Fuente Chamizo, Peñón del Negro, Fuente de la Almona, entre otras. El alfar del Arroyo Hondo, por tanto, dependía del oppidum y su función estaba asociada a satisfacer las necesidades de utensilios cerámicos del propio asentamiento y de los asentamientos del entorno que dependían de Iluro; además de, con toda seguridad, realizar funciones comerciales con otros asentamientos del valle del Guadalhorce.
El Alfar de Arroyo Hondo.
Este complejo de producción cerámica fue dado a conocer a través de varias prospecciones que se llevaron a cabo en Álora y donde fue registrado hace cuarenta años (Recio Ruiz, 1987). La cronología que se aportó para este complejo alfarero fue del período ibérico final y época ya iberorromana —siglos III-I a.C.—, y fue por aquel entonces un gran descubrimiento, ya que se daba a conocer por fin en 1984 un complejo alfarero de los que se sabía de su existencia, pero de los cuales aún no había sido hallado ninguno en el valle del Guadalhorce. Poco después, en 1987, se conoció otro en el yacimiento de Aratispi (Antequera), aunque de cronología anterior —siglo V a.C.— (Perdiguero López, 1994), y también se hallaron dependencias similares en Ronda y Acinipo posteriormente (Castaño et al. 2007). No obstante, mientras que en los otros lugares sí que se descubrieron los hornos de fabricación cerámica, no fue el caso del Arroyo Hondo, ya que el hallazgo de una pared de barro quemado que podría coincidir con una de las paredes de la cámara de combustión del horno, resultó ser una calera tras su estudio.
En este alfar se encontraron, además, numerosos fragmentos pertenecientes a objetos cerámicos de diversa tipología, desde platitos decorados hasta kalathoi, grandes recipientes de boca ancha para transportar bienes de consumo similares a las ánforas. La intervención se centró sobre todo en un gran embolsamiento cerámico relacionado con el muro de mampostería, dejándose el resto para posteriores campañas que nunca llegaron a ejecutarse. Tal y como detalla Ángel Recio en su artículo de 2013, tras treinta años (ya cuarenta en 2023), conocemos muy poco del proceso productivo de cerámica ibérica en este complejo y las relaciones que existían entre éste y el oppidum del Cerro de las Torres, así como, por supuesto, quedarnos sin saber nada de cómo estos productos se comercializarían y difundirían por el valle.

Estado de conservación del yacimiento y propuestas de estudio y conservación.
Esta entrada en el blog va a servir, por tanto, para denunciar la desastrosa situación de abandono en la que se encuentra el yacimiento ibérico de Arroyo Hondo, dejado a su suerte desde hace cuarenta años.
Como podemos ver, el primer problema que nos encontramos para poder acceder al yacimiento es la presencia de abundante maleza en todo el curso del arroyo, con las consecuencias nefastas que tiene para las posibles avenidas de aguas torrenciales que, cada vez, son más frecuentes en las regiones de clima mediterráneo debido a la cada vez más frecuente llegada de fenómenos de DANA. Este problema no solamente afecta al yacimiento, sino a los vecinos de la zona que, aunque escasos, pagan igualmente sus impuestos y ven cómo sus contribuciones se ven retribuidas con esta dejadez absoluta.
Pero lejos de ser esto lo peor que podemos encontrar, hemos de destacar cómo las aguas negras o fecales discurren libremente por el arroyo, sin ningún tipo de tratamiento o depuración, hasta unirse con las aguas del río Guadalhorce poco después. El olor, la pestilencia y la presencia de suciedad e insectos era ciertamente preocupante, pudiendo llevar a la zona a un problema de salubridad pública importante.

Una vez en el yacimiento nos encontramos multitud de fragmentos nada más llegar, de excelente factura y de todas formas y tamaños, desperdigados por todas partes al haberse desprendido desde el talud donde se encuentra el alfar e integrados en el talud de la excavación. Un patrimonio de todos dejado a merced del tiempo y de todo tipo de actos vandálicos.

Es urgente promover actuaciones arqueológicas destinadas a investigar este espacio, su funcionalidad y sus relaciones con el entorno para comprender mejor la realidad histórica de Iluro en época ibérica. La conservación también es importante, urgente y necesaria, y por ello es preceptivo acotar la zona con algún tipo de barrera para evitar el libre acceso al yacimiento en sí, pudiendo dañarse todavía más los materiales y la estructura de mampostería que apareció.
Muestrario de materiales en superficie.
He considerado necesario dedicar un apartado únicamente a mostrar los materiales que abundan por el entorno a merced del vandalismo y del tiempo. Todas las imágenes que siguen son de elaboración propia.

Conclusiones.
No debemos olvidar que el Cerro de las Torres en un entorno BIC y que el alfar de Arroyo Hondo está a los pies de este BIC absolutamente abandonado y dejado, pudiendo enriquecer mucho la Historia de Álora con un conveniente estudio arqueológico e histórico del mismo para poder revalorizar este espacio y darlo a conocer con la entidad que corresponde. Desde hace unos años a esta parte las actuaciones del Ayuntamiento de Álora han ido encaminadas a descubrir y revalorizar el espacio amurallado del castillo andalusí, y eso es muy bueno, pero no podemos olvidar de que ese patrimonio arqueológico es el más “reciente” tipológicamente hablando; mientras que no hacemos más que asistir al absoluto abandono por parte de la Administración Pública del patrimonio precedente de nuestro municipio, un patrimonio que ayudaría a encajar las piezas históricas y arqueológicas de Álora para conocer mucho mejor las costumbres primitivas de sus pobladores o la organización del territorio en época antigua, como ya se comentaba en el anterior artículo a la sazón del desconocimiento del municipio iberorromano de Iluro.
Finalizamos esta entrada rescatando la reflexión de uno de los investigadores que excavó el alfar, Ángel Recio, el cual escribía treinta años después lamentando el estado de abandono al cual estaba sometido el yacimiento y que no ha hecho sino empeorar una década después:
“Este complejo fabril cumple ahora tres décadas de olvido, abandonado a su suerte, afectado por actuaciones y construcciones varias relativas a la trinchera del ferrocarril Málaga-Córdoba desde mediados del siglo XIX, carril, calera, cortijo, postes, periódicas avenidas del arroyo y, sobre todo, la negligencia, desidia y desinterés humano. Le deseamos mejor vida en lo porvenir y que al cabo de treinta años -mucho antes- puedan decir los arqueólogos que las incógnitas planteadas han sido resueltas y el yacimiento goza de estupendas medidas de conservación y es visitado por los ciudadanos.”
Bibliografía.
CASTAÑO et al.: CASTAÑO AGUILAR, J. M., NIETO GONZÁLEZ, B., PADIAL PÉREZ, J., PEÑA ORTEGA, L. y RUIZ TORRES, S., “Estudios arqueológicos”, La Ciudad Romana de Acinipo. Investigaciones 2005-2007. Avance de Resultados, Cuadernos de Arqueología de Ronda, Vol. 3, Ronda, 2007-2008, Málaga, 2007, pp. 35-109.
PERDIGUERO LÓPEZ, M., “La fase ibérica en Aratispi (Cauche el Viejo, Antequera)”, Mainake, XV-XVI, Málaga, 1993-94, pp. 115-165.
(1) “Un horno alfarero de época ibérica en Aratispi (Cauche el Viejo, Antequera)”, Jábega, 74, Málaga, 1994, pp. 3-14. “Aratispi: La facies protohistórica y su evolución en el tiempo. Villanueva de Cauche (Antequera)”, Mainake, XIX-XX, Málaga, 1997-98, pp. 47-70.
RECIO RODRÍGUEZ, A. (2015): «El alfar ibérico de Arroyo Hondo (Álora, Málaga). Treinta años después» en Isla de Arriarán: revista cultural y científica, Nº. 42-43, págs. 395-434.
(1) “Arroyo Hondo. Un alfar ibérico en Álora, provincia de Málaga”, Mainake, IV-V, Málaga, 1982-83, pp. 133-172.
(2) “Aportación a la carta arqueológica de Álora (Málaga)”, Jábega,57, Málaga, 1987, pp. 3-9.











