Llegando a un nuevo hogar. ¿Fue Gallaecia un territorio que acogió a los suevos?

En la entrada anterior dimos fin a la aventura puramente histórica de nuestros protagonistas, que vieron su reino convertido en provincia visigoda tras la intervención de Leovigildo a finales del siglo VI. Con esa parte terminábamos la narración basada en cronología histórica, una narración guiada en gran parte por la crónica de Hidacio y que luego pudimos continuar gracias a los testimonios de otros cronistas y de testimonios arqueológicos.

Ahora damos comienzo a la parte más arqueológica del período suevo en Gallaecia; un acercamiento ese nada fácil, dada la escasa huella que los pueblos germánicos dejaron al menos en su primera fase emigradora. Veremos si, con el tiempo, esa huella es más o menos evidente. Vayamos pues al principio de todo, ¿Encontraron los suevos en Gallaecia un buen territorio donde asentarse o fue un periplo hostil para ellos? ¡Bienvenidos a Hispania!

“La bolsa o la vida”.

Según nos relata Hidacio, en el sorteo de tierras del 411 los vándalos asdingos y los suevos se repartieron Gallaecia. Es difícil saber qué territorios ocupó cada pueblo, aunque algunos autores han interpretado que los vándalos se quedarían en la parte oriental meseteña y los suevos en la occidental atlántica; del mismo modo que otros dicen que se repartieron la provincia de Norte a Sur, teniendo el río Miño como frontera y quedando los suevos al norte y los vándalos al sur.

Nada de lo que hemos conocido hasta ahora esclarece mucho esta cuestión, pero nos parece más plausible que los suevos orbitaran desde un primer momento más hacia la fachada atlántica, en torno a Lugo y Braga, que en el interior. Cuando los vándalos se trasladan a la Bética en el 418, quedando los suevos como única fuerza extranjera en Gallaecia, lo que vemos es que el Imperio se dedica a hostigar a los primeros al tiempo que se olvida de los segundos, pues los puertos mediterráneos tenían un cariz muchísimo más importante ahora. Hidacio reanuda su relato sobre lo que acontece en su tierra cuando los vándalos han pasado a África, y lo que podemos saber es que mientras el rey suevo Hermerico se dedica a robar y a saquear a los antiguos gallegos; otro grupo de suevos persigue a los vándalos que restan por la Bética. Es una situación convulsa, pero todo parece indicar que en Gallaecia los suevos se dedicaron a ejercer la rapiña y el acoso sobre la población local, mientras que Hidacio nos dice en 430 que una parte de la población gallega ha tomado el control de algunos castros y de otros lugares fortificados, haciendo así frente a los invasores; por tanto, los suevos no encontraron placidez en Gallaecia ni les interesó, al menos en este primer momento. De esta situación deducimos que durante más o menos treinta años, los suevos no tienen una base económica estable, y tienen que dedicarse al pillaje continuo del centro y la periferia de la provincia. A partir de 430 el cronista deja de mencionar los tumultos de su provincia y nos plantea en 446 que también están depredando Vasconia y el territorio de Caesaraugusta.

Imagen 1. Un jefe militar provoca al enemigo. Su equipamiento es típicamente tardoantiguo, y con su actitud agresiva trataría de acaudillar a sus propios hombres y atemorizar también al enemigo. Fuente: deadliestblogpage.files.wordpress.com

Que Hidacio deje de decir que los suevos están saqueando Gallaecia nos lleva a pensar que se ha llegado a algún tipo de acuerdo con el Imperio, por el cual probablemente los suevos han tomado ya el control quizá no de toda la provincia, pero sí de una gran parte. La ausencia de disputas por la posesión de tierras con la población local «recordemos que los gallegos se defendían de los pillajes de los suevos, no de una usurpación de sus tierras», nos hace pensar que este pueblo hizo acopio de tierras abandonadas o terrenos públicos o fiscales, como la comarca minera de El Bierzo; en la cual no tenemos hoy por hoy presencia sueva atestiguada, pero puede que los romanos cedieran a los suevos un porcentaje de lo recaudado de la producción minera local, ya seguramente muy residual, y por ello no tenían necesidad de saqueo en busca de numerario, pues ellos eran los encargados de recaudar los excedentes.

Un número incierto de nuevos pobladores.


¿Qué estimación podemos hacer al respecto del número de “suevos”, hablando a grandes rasgos, que llegó a Gallaecia? Cualquier cifra arrojada se debe a la mera especulación, pues ni siquiera podemos cuantificar a la población local que habría en ese territorio; pero lo que podemos decir es que no sería un grupo numeroso que debía confiar en su astucia y en su capacidad intimidatoria para sobrevivir. Debería ser así un grupo hermético, geográficamente muy poco disperso y con un interés fundamental en lugares bien vigilados y, por supuesto, las ciudades amuralladas.

A pesar de que sobre todo en los últimos años del Imperio los centros productivos se habían trasladado sobre todo a la periferia rural de los grandes latifundistas, el mundo romano siempre organizó su mapa político mediante una red de ciudades y vías, incluso en estos momentos finales, por lo que parece claro que con el mero control de la capital provincial ya se tenía mucho recorrido en cuanto a una posterior ocupación basada en asentamientos. No debe entender el lector, pues estaría equivocado, que los suevos simplemente se dedicaron a suplantar al Estado Romano como elemento recaudador de impuestos, sistema perpetuado con un ejército bárbaro para que no se alterase ese orden de las cosas. Estamos ante una transición, una ocupación que se va haciendo efectiva, pero desde luego no hacia ese fin.

Imagen 2. Mapa de la distribución de centros religiosos relevantes en el reino suevo, remarcada en verde oscuro la zona nuclear de asentamiento de este pueblo. La influencia sueva en Astorga es discutible, ya que los suevos derrotados no se refugiaron tras sus murallas sino que huyeron a Braga. Fuente: stasiotika.blogspot.com

Los suevos dirigieron su atención hacia Braga desde que los vándalos se fueron al sur, y la acuñación real que Rechila lleva a cabo aquí lo confirma. Tanto es así que cuando los godos derrotan a los suevos en las cercanías de Astorga éstos no se van a refugiar allí, sino que recorren todo el camino de vuelta hacia Braga, en cuyo territorio seguramente se encontraría el grueso de la población sueva. Como hemos visto en una entrada anterior, Braga no resistió el embate visigodo; y el rey suevo hubo de refugiarse en Porto, ciudad que seguramente desempeñase un papel portuario bajo control de este pueblo. Que Agiulfo aguarde en Porto a ser elegido rey de los suevos y que se haya encontrado en el casco antiguo una moneda de plata, de las únicas cuatro que se conocen, de Rechiario, corrobora esta cuestión. El eje Braga-Porto-Tuy conforma un triángulo fácilmente comunicable en época sueva mediante caminos romanos, y es en esta zona donde se han concentrado todos los hallazgos atribuidos a este pueblo.

Parece probable que en el período de máxima expansión territorial sueva hubiese una guarnición en Sevilla y en Mérida, ciudad en la que incluso llegó a residir la Corte un corto período de tiempo. Con el repliegue que sufrieron es probable que algunos grupos poblacionales se desplazasen a otros lugares de interés estratégico para defender Gallaecia como pudo ser Conimbriga. A finales del Imperio, cuando los visigodos desvían su atención de los suevos a otros asuntos, parece que este pueblo ha conseguido asentarse y conformar un reino; quizá ya con propietarios rurales que competirían con las viejas aristocracias gallegas, una realidad económica que a fin de cuentas perduró sin grandes cambios hasta la anexión de Leovigildo.

En conclusión, los suevos se dedicaron a saquear y a robar en los primeros años de su llegada a Gallaecia sin otro fin que su sustento económico y la coacción sobre la población local para doblegarla. Con el paso de los años parece que los tratados con el Imperio y con la población local propiciaron un clima de mayor o menor estabilidad social, siempre con altibajos, que llegó a derivar en el establecimiento de un reino con capital en Braga.

Bibliografía:

DÍAZ, P.: El reino suevo (411-585), Akal, 2013.

JIMÉNEZ GARNICA, ANA Mª: Nuevas gentes, nuevo Imperio: los godos y Occidente en el siglo V, UNED Editorial, 2010.

3 comentarios en “Llegando a un nuevo hogar. ¿Fue Gallaecia un territorio que acogió a los suevos?

  1. Javier Sanz

    Hidacio sólo menciona tres enfrentamientos entre suevos y galaicos, en los años 430 (HYD.91 de la edición de Tranoy), 431 (HYD. 96) y 433 (HYD.62). deducir de estos tres incidentes que los suevos llevaban saqueando Galecia desde su asentamiento me parece arriesgado. En el año 438 se firmó, según yo creo, el «foedus» entres suevos e Imperio Romano, aunque fue un pacto de corta duración.

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    1. Hola Javier! Gracias por comentar 🙂 Creo que es muy complicado afirmar que cuando llegaron a Gallaecia, los suevos se limitaran a admirar el paisaje (políticamente hablando), más siendo nómadas que viven de lo que les dan por las buenas o por las malas a parte de lo poco que ellos mismos puedan ir produciendo sobre la marcha; como bienes consumibles perecederos: carne, leche, etc.

      Me parece más posible, siempre estando esto sujeto a interpretación, que los suevos tuvieron que demostrar que eran fuertes en esa tierra, y para ello nada mejor que la intimidación y el saqueo, entre otras cosas para sobrevivir. No quiero decir con esto que estuvieran de saqueo 24/7, pero sí creo que los episodios de pillaje y cierta violencia serían muy frecuentes en suevos e hispanorromanos, como sucedería con los visigodos cuando lograron entrar a Astorga tras poner en fuga a los suevos, fue un episodio de violencia brutal.

      El «foedus» puede que trajera paz y algo de entendimiento, pero como se ha visto; a la mínima oportunidad de romperlo por parte sueva, así se hizo.

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      1. Xabier

        Hola. Desde el punto de vista filológico es difícil no calibrar el aporte suevo en la Gallaecia propiamente dicha, lo que después será reino de Galicia (incluyendo Portugal). Los topónimos y, en medida más difícil de rastrear, el léxico gallego(-portugués) lo acreditan. Quizá por eso Casimiro Torres cifra el aporte suevo en unos 35.000 efectivos.

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