Alarico el godo y Estilicón el vándalo. Una amistad que pondría en jaque a Roma

En la entrada anterior pudimos ver cómo el episodio de Adrianópolis dejó muy claro al Imperio que los bárbaros eran un agente de cambio político y social a tener muy en cuenta; más aún que los asuntos internos que pudieran afectar a los romanos. En poco tiempo murieron dos emperadores luchando contra ellos, Valentiniano y Valente, afianzando si cabía aún más que a los godos y otros pueblos no se los tomaba a la ligera. Hoy veremos quién surgió de las cenizas de la gran derrota de Adrianópolis en el lado bárbaro y quién fue su némesis en el lado imperial. ¿Os apetece descubrirlo?

Roma en manos de un godo y un vándalo. Alarico y Estilicón.

El acuerdo de paz se suele fechar en el año 382, recordemos que la batalla había sido en 378, y Jordanes menciona en su crónica que se entregaron tierras y subsidios a los pueblos, llamados federados y que esta entrega había sido realizada en plano de igualdad; lo que revela que la derrota romana fue muy relevante. Otro dato de relevancia es que se acordó que muchos de estos guerreros fueran incorporados al ejército del general Estilicón, un general de ascendencia vándala y cuya esposa era sobrina del nuevo emperador Teodosio. Todo el poder militar estaba ahora en sus manos y lo manejó de forma hábil, supo alternar un acercamiento a los pueblos fronterizos con otro a las fuerzas que ya se encontraban habitando territorio imperial.

El ejemplo de todo esto es que su casa estaba llena de soldados hunos, esclavos y guardianes germanos y escitas y además contó siempre con el apoyo de los jefes godos para luchar contra otros bárbaros y contra los intentos de usurpación. Claudiano alaba a Estilicón y lo pone como modelo de lo que un bárbaro podía llegar a convertirse bajo las costumbres romanas.

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Imagen 1. Sólido de Teodosio I (347-395 d.C.). Este emperador de origen segoviano fue el que tuvo que coger el relevo en el difícil momento posterior a la debacle militar de Adrianópolis donde Valente perdió la vida. Fuente: cgb.fr

En este contexto apareció por primera vez Alarico, un rey godo que Jordanes califica como tervingio. Su política de acercamiento a los romanos para obtener acuerdos a cambio de tierras donde poder vivir le granjeó una gran cercanía con Estilicón y a la vez odio de otros godos.

La muerte de Teodosio dividió el Imperio entre sus hijos Honorio en Occidente y Arcadio en Oriente y lo dividió también entre dos valedores: Estilicón en Occidente y el eunuco Rufino en Oriente. Alarico entre tanto pretendía poner sus ejércitos al servicio de los emperadores exigiendo el título que ya ostentase en otro tiempo el godo Atanarico; esto es, la magistratura militar del Ilírico, una zona muy conflictiva en aquellos momentos de paso hacia el Imperio. Esta propuesta fue rechazada directamente por Arcadio, lo que permitió a Alarico abalanzarse sobre Macedonia, Tesalia y llegar al Ática atravesando el famoso paso de las Termópilas. Tomó el puerto de Atenas y sitió la ciudad, además de conquistar Corinto o Esparta por la fuerza de las armas. Todas estas correrías habían estado aderezadas de una gran violencia y en ellas los godos obtuvieron una gran cantidad de botín y de prisioneros.

Alarico llegó hasta Aquileia y trató de asediar Rávena y fue en este momento cuando los viejos amigos chocaron. Estilicón le hizo frente y lo venció en 402; apoderándose del tesoro de la familia de Alarico. No habría sido una amplia victoria ya que tras otro enfrentamiento en Verona, el godo obtuvo tierras en Dalmacia y Panonia y el título de general del Ilírico así como 4.000 libras de oro con el consentimiento del Senado romano.

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Imagen 2. Díptico de Estilicón realizado alrededor del 400 d.C. y ubicado en Monza, (Tesoro del Duomo), representando a Estilicón, su mujer Flavia Serena y su hijo Euquerio. Fuente: wikimedia.org

La alianza que favoreció a Roma.

Como nuestro protagonista había abandonado Tracia, otros grupos de godos, liderados por Radagaiso atravesaron las fronteras. Radagaiso era un greutingo y además uno de esos godos que odiaban a Alarico por favorecer los acercamientos con los romanos en vez de enfrentarlos. Estos grupos con muy malas intenciones se pusieron en camino hacia la misma Roma con intención de asediarla; algo que habrían conseguido si de nuevo Estilicón no los hubiera derrotado en 406 en Florencia; donde Radagaiso fue apresado y ejecutado y sus soldados incorporados a las filas imperiales o vendidos como esclavos. Muchos historiadores están de acuerdo con que seguramente Alarico estuviera junto a Estilicón en esta batalla, disfrutando por fin de derrotar y matar a Radagaiso terminando con una rivalidad antigua entre ambos.

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Imagen 3. Grabado de Alarico I realizado en el siglo XIX, idealizando al rey godo. Fuente: wikipedia.org.

Gracias a esta victoria, el vándalo y el godo estrechaban de nuevo relaciones y lograban mantener pacificadas unas provincias más teóricas que prácticas, pues a estas alturas ya deambulaban sin control miles de bárbaros por doquier. Esta cercanía y estrecha colaboración le valió a Estilicón acusaciones en la corte imperial, donde decían que había puesto el Imperio a manos de los bárbaros.

Estas acusaciones terminaron por poner a Honorio en contra de su general. Fue acusado de querer poner a su propio hijo, Euquerio, en el trono de Oriente cuando Arcadio murió. Cuando el general se encontraba fuera de Roma organizando campañas militares Honorio dio orden de su captura, a la vez que las tropas de Saro, un general bárbaro contrario a Estilicón y Alarico, mataban a todos los aliados hunos en Pavía; lo que generó un revuelo fatal entre las tropas imperiales. Estilicón acudió sin demora a Rávena para defenderse de unas acusaciones tan graves ante el emperador al tiempo que alertaba a las ciudades “amigas” donde se encontraban sus familiares de que no acogiesen a otros bárbaros de los que andaban por Italia. Esto no sirvió de nada pues todos los militares tenían ya orden de captura hacia él, así que el general se tuvo que refugiar en una iglesia cristiana el 22 de Agosto de 408.

Estilicón se entregó con la condición del respeto hacia sus familiares pero su hijo tuvo que huir hasta que finalmente fue hallado y asesinado. Todos sus bienes fueron confiscados y su esposa fue abandonada junto con Gala Placidia, la prometida del hijo de éste. Con Estilicón fuera de juego, la política de alianzas con los bárbaros se fue al traste dando lugar a una matanza indiscriminada de godos que vivían ya en las ciudades de manos de la plebe.

Los que lograron escapar de esta tragedia se unieron a las filas de Alarico, que ahora era considerado ya un proscrito. Caía así en desgracia uno de los más brillantes generales de la Antigüedad Tardía, presa de las intrigas de aquellos a los que servía con tanto ahínco. Pero su desgracia fue la que despertó al que sería en poco tiempo el jaque de todos los romanos.

Bibliografía:

FERNÁNDEZ DELGADO, A.: “La caída de Roma” en Desperta Ferro Antigua y Medieval Nº1, pp. 6-9, Madrid, 2011.

SANZ SERRANO, R: Historia de los godos. Una epopeya histórica de Escandinavia a Toledo, Madrid, 2009.

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